
Tiempos de Neurodiversidad: Construyendo un futuro inclusivo
Autoría: Juan Emanuel González Romero
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¿Cómo aportamos a la construcción de un futuro inclusivo desde nuestra realidad? Hoy vemos con claridad la necesidad de una reflexión-acción desde la diversidad y las necesidades de la misma.
Nos encontramos en una era de transformación donde la neurodiversidad se revela como clave para entender la riqueza de la mente humana. Lejos de patologizar las diferencias neurológicas, como el autismo, el TDAH o la dislexia, las reconocemos como expresiones legítimas de la diversidad humana. Este cambio de paradigma social y educativo, es impulsado por colectivos y la concienciación social, invitándonos a construir un futuro más inclusivo y empático, pues nos alejamos de términos que, en lugar de ayudar, entorpecen la visibilización como “Condición o enfermedad” y nos acercamos a abrazar dichas expresiones en un ámbito físico y cognitivo desde la perspectiva de la empatía social y educativa.
Judy Singer acuñó el término “neurodiversidad” en 1998, subrayando que las diferencias neurológicas son naturales, motivando a no enfocarnos en las deficiencias; sino, centrarnos en todo lo contrario pues las diferencias debemos verlas como fortalezas únicas de cada individuo como, por ejemplo: la concentración detallista y minuciosa del autismo o la creatividad y atención al detalle del TDAH.
Las personas Neuroatípicos nos desafían e invitan a ampliar nuestro concepto de “normalidad” a romper estigmas y construir puentes para que podamos crear entornos inclusivos de educación, trabajo y vida cotidiana, promoviendo la empatía, justicia y equidad entre neurotípicos y neurodivergentes.
En el ámbito educativo, la creciente presencia de neurodivergencia exige una reestructuración urgente. Tratando de ir más allá de “ajustes razonables” y diseñar metodologías y sistematizaciones que incluyan estas diferencias no desde el “tengo que” de la obligación o el “ya que” de la lástima, pues si nos damos a la tarea de reflexionar y generar una conciencia mayor desde nuestros espacios educativos, definitivamente nos daríamos cuenta que, aún estamos lejos de la construcción de ese futuro inclusivo…
Intenta responder las siguientes preguntas:
¿Tenemos formas para controlar el sonido, la luz el aire de nuestras aulas para aquellos que tienen hipersensibilidad?
¿Existen los barandales suficientes o rampas para las personas con debilidad visual o discapacidad motora?
¿Existen en todas las planeaciones de nuestros temarios de acuerdo a la carga curricular, dos o tres opciones de viabilidad de una misma actividad para aquellos con TDAH, que suelen terminar antes las actividades, pero se distraen con facilidad y juegan al terminar?
Las respuestas a estas preguntas distan mucho de la inclusión a la diversidad en nuestros entornos educativos, si no contamos con placas con braille, cunetas para ciegos, rampas de acceso, manuales y protocolos de acción, así como instancias de apoyo y acompañamiento educativo, social y emocional ¿qué estamos ofreciendo desde la infraestructura y desde lo pedagógico en nuestros espacios educativos?
De igual manera hay otros ámbitos que nos ayudan a construir futuro, uno de ellos es la tecnología, útil y necesaria pues nos brinda herramientas que vuelven eficientes ciertos procesos que sin ella serían complejos, tardados o precarios para las personas neurodivergentes; sin embargo, esta digitalización sin estructura independientemente de una neurodiversidad, podría generar una sobrecarga sensorial y dificultades de comunicación o deficiencias en los mismos procesos sociales y cognitivos. Por ello, su uso debe equilibrarse, respetando los tiempos individuales de homeostasis y regulación según cada persona.
Otro de los ámbitos más importantes es el contexto, en el encontramos la realidad familiar, educativa, económica, social; entre otros, que son más subjetivos y más determinantes para las personas neuro divergentes y en donde la clave será siempre el acompañamiento, resguardo, límites y regulaciones que se realizan en acuerdos y hábitos de vida.
Sea como sea y a manera general de reflexión, es importante visibilizar el tema y combatir el desconocimiento, llevándolo a más espacios y aforos, lamentablemente nos damos cuenta que aún seguimos sin meter en nuestra agenda educativa y social la diversidad y la inclusión. Que aún pareciera que solamente son estandartes que ondeamos en su causa y lucha los días necesarios; sin embargo, ya eso, por mínimo que sea sigue sumando a la semilla de la esperanza por la construcción de ese futuro inclusivo en construcción.