Por qué ya nadie habla de poesía
Autoría: Leopoldo Díaz Mortera
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Seguramente los que saben del valor de la poesía y del poder que tiene un solo verso para cambiar el rumbo de la vida, pensarán que la pregunta que abre el debate con una Inteligencia Artificial es un planteamiento erróneo, primero porque es una sobregeneralización y tiende naturalmente a la falacia, y segundo porque la poesía es un acontecimiento cotidiano que sigue vigente en nuestros días.
En un mundo de contradicciones, cada día parece más difícil encontrar lotes baldíos para construir la esperanza, sin embargo, por más que buscamos con la luz de la razón, ya advertía el poeta Alemán Friedrich Hölderlin que no vive racionalmente el hombre, sino poéticamente, es decir, que la razón tan llena de cordura provoca neurosis y los neuróticos para curarse ocupan la locura, esa sana locura que alivia las tensiones de vivir, como ya apuntaba Edgar Allan Poe cuando afirmó «Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura».
Cuando uno le pregunta a una IA ¿Por qué ya nadie habla de poesía?, la respuesta sorprende porque afirma que «La percepción de que ya nadie habla de poesía puede estar influenciada por varios factores, aunque la realidad es que la poesía sigue viva y presente en muchos ámbitos» Y entre las razones por las que podría parecer que la poesía ha perdido protagonismo están las siguientes:
Cambios en los Medios de Comunicación y la educación, pues el lugar destacado de la poesía en los medios impresos y en la educación formal le han restado visibilidad, sin embargo, las redes sociales y el contenido digital han transitado hacia formatos más visuales y rápidos de consumir que siguen poniéndola en el foco de atención.
Otro motivo que la IA considera para esta percepción es que se considera compleja, para gente culta o muy instruida, no es para cualquiera, ni todos pueden entenderla y acceder a su sabiduría ni disfrutarla. Pero la realidad es que la poesía es música y antes de entenderla hay una experiencia de disfrute que se relaciona más con el sentir que con el saber e igual que la música, no todas las melodías nos llegan, hay que encontrar aquella que nos provoca y nos mueve.
Hay varias razones más que ofrece la IA para explicar porque es normal que se pueda percibir que estamos en el ocaso de la poesía, sin embargo, concluye que «La poesía sigue siendo una forma poderosa de expresión artística y emocional.» Aunque parece que perdió protagonismo, se adaptó y evolucionó para seguir vigente en un mundo cambiante.
Vivimos una época en la que el miedo nos carcome, el temor a perdernos, a perder lo que amamos y a no ser amados, nos desconecta de los otros, nos vuelve recelosos por el exceso de cautela. En un mundo y una época así, hace falta educar la razón, pero también el corazón y la poesía es el vínculo entre una y otro, pues como decía Blaise Pascal, «El corazón tiene razones que la razón no entiende». Por éstas y otras cuestiones, merece la pena que la inteligencia artificial sea una más de las cosas dispuestas en el mundo que ayudan a alumbrar la luz natural de nuestra razón y descubrirnos a nosotros mismos.
Cuántas veces hemos necesitado la palabra correcta para reconfortar los desasosiegos naturales de la condición humana, quién no ha buscado las palabras para dar el pésame a los que pierden un ser querido o dar consuelo a quien tiene el corazón roto; quizá no es el mezcal para todo mal, ni para todo bien también, quizá es más saludable pensar que para toda situación la poesía es la solución.
Sí. A veces, sólo basta un verso, una concatenación de palabras precisas dispuestas de un modo determinado para sembrar esperanza, dar consuelo, o incluso abrirnos al amor, Milán Kundera decía que con las metáforas no se juega, las metáforas son peligrosas porque de una sola puede nacer el amor. En estos tiempos de riesgo nihilista y melancólico, cuando la vida se vuelve un pesado yunque que nos arrastra al fondo de un abismo, encuentro un poema breve de Mary Oliver que hace toda la diferencia:
«Para vivir en este mundo debes ser capaz de hacer tres cosas: amar lo que es mortal; sostenerlo contra tus huesos sabiendo que de ello depende tu vida; Y, cuando llegue el momento de dejarlo ir, dejarlo ir.»
Quizá a para algunos diga poco o nada, pero lo importante es que cada uno encuentre el verso que le pueda salvar de los golpes más duros de la vida, después de todo, de una sola metáfora puede nacer la esperanza.