
El rol de las mujeres en el tejido social comunitario
Autoría: Liliana Moreda Tobón
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Desde tiempos ancestrales, el rol de los cuidados ha estado a cargo de las mujeres, quienes cuidan de las infancias y de las/os adultas/os mayores principalmente, además del hogar, entre otras razones, por la insuficiente respuesta del Estado en la provisión de cuidados y que resultan poco accesibles económicamente en el mercado.
La crisis ocasionada por el COVID-19 hizo evidente la importancia de los cuidados comunitarios para la sobrevivencia de sectores poblacionales en condiciones de desigualdad y vulnerabilidad de diverso tipo; pero también de la riqueza y diversidad del espacio comunitario como poseedor de saberes y conocimiento territorial.
En el Centro Comunitario Casa IBERO Segundo Montes, SJ estos saberes están presentes en los grupos y proyectos liderados por las mujeres de Valle del Paraíso, quienes históricamente, han tenido un papel fundamental en el cuidado de la comunidad. Ejemplo de ello, es el grupo de Salud Tradicional que recupera los saberes tradicionales de la medicina herbolaria mexicana para poner en práctica sus conocimientos acerca de las plantas y su aplicación.
Estas mujeres han ayudado a mejorar la salud de sus familias, amigas/os y de la comunidad con remedios naturales, elaborados a base de plantas. Este trabajo se ha fortalecido desde la Promotoría de Participación Ambiental con la investigación “Herbario de saberes de Valle del Paraíso” para seguir promoviendo y reproduciendo el saber tradicional de manera comunitaria.
Otra experiencia ha sido el diseño y la construcción de un huerto comunitario, impulsado desde la misma promotoría, con la participación de infancias, juventudes, pero principalmente mujeres, que buscan promover prácticas sostenibles al sembrar y cultivar alimentos y plantas para mejorar la alimentación y calidad de vida, participando de manera activa en el cuidado del mismo. A partir de este proyecto, surge el diseño y la construcción de una estufa Patsari para recuperar la práctica ancestral de las mujeres de Valle del Paraíso de cocinar con leña, de forma más segura, limpia y eficiente.
Finalmente, los grupos solidarios de ahorro y préstamo, en donde se fomenta la educación financiera y se fortalecen los lazos comunitarios entre las mujeres. En estos grupos se han establecido roles administrativos y acuerdos para su buen funcionamiento, les ha permitido desarrollar habilidades para administrar tanto su ahorro personal como el ahorro colectivo, a compartir su propia historia, conocimiento y experiencias que contribuyen a fortalecer el sentido de pertenencia y comunidad y a contar con una alternativa confiable y segura, en donde no solo pueden ahorrar de manera sencilla, sino que también pueden solicitar préstamos con condiciones mucho más flexibles y reparto equitativo de intereses entre todas las integrantes del grupo.; el ahorro de cada una representa el sueño colectivo de todas.
El rol de las mujeres en el cuidado del tejido social comunitario es fundamental, ya que tiene un impacto en procesos identitarios individuales y colectivos. Desde la perspectiva de la economía del cuidado, educar, alimentar y sostener afectivamente son tareas productivas generadoras de valor que debieran ser concebidas como tales; en el marco de un sistema capitalista colonial que desprestigia y desconoce las tareas de cuidado y que tiende a la privatización de la vida, promoviendo subjetividades individualistas y egoístas e invisibiliza esta actividad.
Las mujeres son fuente de vida, de amor y de cuidado y, en contextos comunitarios, la participación de las mujeres se caracteriza por buscar el bien común; se encargan de la producción agrícola y del comercio local, y contribuyen a sostener la economía local. Contribuyen a procesos de fortalecimiento colectivo para activar la participación vecinal, proporcionándoles autoconfianza y liderazgo.