La nostalgia está llena de memoria
Autoría: Rosalva Moreno Rodríguez
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En nuestro mundo, donde el aislamiento se ha vuelto parte de la cotidianidad (me refiero al aislamiento físico), porque virtualmente todos estamos “conectados” en algún o algunos momentos del día por diversos medios con cualquier cantidad de noticias, podcast, chats…
Esa información rápida, constante, inmediata, nos mantiene en un estado de alerta parecido a la necesidad de azúcar en el cuerpo. ¿Qué pasa si te invito a leer un libro?
“Cada aventura comienza con el primer paso”: Carrol (1951)
Escoge un libro impreso o electrónico y empecemos. Cuando leemos, permitimos la conexión entre personas de diferentes generaciones, culturas y realidades. Es el valor de la diversidad humana, las barreras se disuelven, no hay factores económicos o sociales.
La literatura nos da un lenguaje común que podemos entender, a pesar de las diferencias compartimos las mismas creencias, sueños y miedos. El proceso de lectura es una herramienta que permite a todas las generaciones el desarrollo de las habilidades que integran a la humanidad.
Leer incrementa el pensamiento crítico sobre el tema que estamos abordando, concebimos el mundo desde una mirada que no es la propia, con empatía o no hacía el autor.
La lectura ofrece un lugar para la calma y la reflexión, cultivando un bienestar duradero. La neurociencia y la psicología la han estudiado durante largos periodos. Martha Nussbaum (2010) filósofa interesada en los procesos de comprensión neuronal, ha estudiado el proceso transformador de la lectura.
Los resultados de su proyecto confirman que leer regularmente reduce los niveles de estrés en un 68 por ciento, superando el escuchar música relajante o tomar un té.
La concentración profunda que requiere la lectura, reduce los estímulos externos y se centra en el estímulo de lo que estamos leyendo. Se establece una pausa para nuestro cerebro. Si leemos mejoramos la capacidad cognitiva, aumentamos nuestro vocabulario, la memoria y la fluidez verbal.
Leer contribuye a la neuroplasticidad, a crear nuevas conexiones neuronales previniendo enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Por ejemplo, al leer cuentos infantiles, los niños van creando la imaginación narrativa; esto produce el conocimiento de sentimientos y emociones que se van complejizando con el crecimiento y lecturas de diversos géneros.
Si no existe el pensamiento crítico sobre la historia, las tradiciones y el uso del lenguaje, la mirada del otro no será empática y comprensiva para el lector.
Cuando recordamos un libro que nos alertó sobre algo, el fragmento de poesía que evoca una emoción, la frase que abarca todo el sentido que necesitamos para ejemplificar, el título del libro de nuestro autor favorito… la nostalgia regresa, por eso, la nostalgia está llena de memoria.
Referencias
Carrol, Lewis (1954). Alicia en el país de las maravillas
Nussbaum, C. Martha (2010). Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades.