Educación desigual provocada por la política de gasto tripartita en las escuelas
Autoría: Laura Angélica Bárcenas Pozos
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La semana pasada tuvimos la visita de los candidatos a la gubernatura del estado de Puebla, en la Ibero Puebla, para que dialogáramos del diagnóstico que diversos académicos hicimos sobre la situación que guarda nuestra entidad, que se consideran sustanciales para la estabilidad social, económica y política en nuestro estado. Para esto se construyó la Agenda Institucional en donde establecimos un diagnóstico, por cada tópico tratado, se estableció una postura institucional y se definieron una serie de propuestas con vías a solucionar cada uno de los aspectos tratados. Los 18 puntos de la Agenda Institucional son: Medioambiente, Rendición de cuentas y combate a la corrupción, Salud, Envejecimiento poblacional, Género e igualdad, Pueblos y comunidades originarias y afromexicanas, Ciencia, tecnología e innovación, Derecho a la información, Pobreza y desigualdad, Política económica, Economía social, Democracia, Derechos Humanos, Violencia y graves violaciones a los derechos humanos, Inseguridad y delincuencia, Migraciones y Educación.
Por supuesto, presenté el tema de Educación y por eso me interesa compartir con ustedes datos del diagnóstico que me parecen bastante preocupantes y establecer algunas de las propuestas en este aspecto. Comienzo señalando que los estragos de la pandemia en materia educativa fueron significativos y esos datos están poco documentados. Además, el estado de Puebla tiene una población rural del 27% que está distribuida en pequeñas localidades, lo que genera que el servicio educativo sea desigual y tenga carencia por la manera como se platea el apoyo al gasto educativo, que se considera tripartita, y esto significa que el gobierno paga el salario a las y los docentes y a todos los empleados de la educación, construye las escuelas y pone el primer mobiliario en una institución educativa.
Por otro lado, las y los docentes, así como las y los empleados de las instituciones educativas organizan actividades para recabar fondos que contribuyan al gasto corriente y regular en las escuelas, así que tienen a su cargo la cooperativa escolar. Que por cierto arranca todos los años con una cooperación de toda la comunidad escolar y que entre todas y todos atienen a lo largo del ciclo escolar y cuyas ganancias sirven para comprar material de limpieza o pintura o algún material didáctico que puede ser útil para todos en la escuela.
El tercer grupo, lo forman las madres y padres de familia, que contribuyen a la escuela con la cooperación anual de cuotas para la escuela. Esta cuota es establecida por la sociedad de padres de familia, mesa directiva o como en cada escuela se le denomine, pues se nombra a un grupo de padres de familia que les representa a ellas y ellos, establecen una cuota de cooperación para la escuela, que ellas y ellos mismos administran y que sirve para comprar materiales didácticos de uso regular, como plumones, hojas, tinta para impresoras, etc. o materiales de limpieza para las instalaciones educativas, u otros materiales que se usan para reparar o mantener las instalaciones escolares, entre otras cosas.
Esta organización es lo que hace desigual la educación, pues escuelas establecidas en zonas donde predomina la clase media, hay dinero para dar la cooperación de padres de familia, la cooperación para la cooperativa escolar, las madres y los padres dan dinero a sus hijas e hijos para que gasten en la escuela y colaboran con otras cooperaciones que se establecen a lo largo del curso escolar. Pero escuelas que están en las zonas donde habita el 27% de la población más pobre en nuestro estado, tendrán dificultad para dar su cooperación para la escuela. Incluso se ha recurrido a la medida de pagar la cuota ya mencionada, en dos momentos del ciclo escolar y no en una sola exhibición, para que alcance a los bolsillos de los padres y las madres de familia. Con esta medida hace posible contribuir a este gasto a muchas familias, sin embargo, no es suficiente para que todos los implicados cubran dicha cuota.
Estas diferencias que no atiende el gobierno está generando que el rubro educación presente rezagos notables como que de la población con 15 años y más el promedio de escolaridad en Puebla sea de 9.1 años, mientras que a nivel nacional es de 10.3 años. Que el 7.1% de esta misma población sea analfabeta, que el 16.5% de los jóvenes de 15 a 24 años esté desempleado o bien, no esté matriculado en una institución educativa, que el 52.2% de la población de 15 años o más sólo concluyó la educación básica, además sólo 3 de cada 10 jóvenes poblanos ingresa a la educación superior.
Por eso es urgente atender y reducir el rezago educativo en Puebla, necesitamos personas más educadas y con mayor calidad en la educación que reciben, lo que hace necesario que la SEP y los docentes tengan una mayor y una mejor colaboración, para atender las desigualdades que la pandemia provocó. En este mismo sentido, se considera necesario retomar la evaluación educativa en nuestra entidad, para tener información que nos ayude a tomar buenas decisiones para la mejora en materia educativa y es necesario que se garantice el derecho a la educación. Esto mismo ayudaría a caracterizar al magisterio, que permita ofrecerles de mejor manera los recursos materiales, de infraestructura y apoyos técnico–pedagógicos que les permiten hacer mejores prácticas docentes.